La Leyenda que acompaña a este enclave de tan particular nombre tiene sus orígenes en una misteriosa luminaria que antiguamente gustaba recorrer las playas próximas a Las Palmas. Al parecer, el recorrido de esta luminaria se iniciaba siempre en el llamado risco de Guanarteme, se desplaza hacia el antiguo castillo de Santa Catalina y volaba a ras de suelo hasta llegar a la antigua ermita de la virgen del rosario, hoy trasformada claro, en la virgen de la Luz.
Allí la esfera luminosa se detenía unos instantes y tras bordear la llamada ‘’falda de la isleta’’, desembocaba en el punta del arrecife y se perdía mar adentro. La popularidad que durante el siglo pasado alcanzaron estos paseos, fue tal, que incluso obligó a los canarios a cambiar el nombre del lugar: el entonces llamado puerto de las Isletas se trasformó definitivamente en el Puerto de La Luz, dando pie a toda clase de rumores que atribuían los vuelos de aquella luminaria a un alma en pena. Fuente: Javier Sierra y Jesús Callejo; La España Extraña.
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